Un nefrólogo es un médico especializado en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades relacionadas con los riñones.

Debes considerar una consulta con un nefrólogo si presentas problemas renales, como hipertensión arterial, sangre en la orina, dolor en la espalda baja o hinchazón en las extremidades.

Manteniendo una dieta equilibrada, controlando la presión arterial, evitando el consumo excesivo de alcohol y tabaco, y manteniendo un peso saludable.

Fatiga, hinchazón en las extremidades, cambios en la micción, pérdida de apetito y náuseas pueden ser indicativos de enfermedad renal crónica.

Los nefrólogos pueden prescribir medicamentos (Manejo farmacológico), ajustar la dieta (dieta especial para enlentecer el daño renal), y en casos avanzados, recomendar inicio de diálisis, hemodialisis o trasplante renal.

Diabetes, hipertensión arterial, enfermedades autoinmunes y obstrucciones del tracto urinario son algunas de las causas más comunes.

Durante una biopsia renal, se extrae una pequeña muestra de tejido renal para su análisis bajo un microscopio. El procedimiento se realiza bajo anestesia local y generalmente requiere reposo posterior.

La enfermedad renal puede afectar otros órganos al causar desequilibrios en los niveles de líquidos y electrolitos en el cuerpo, así como también problemas de presión arterial y anemia.

La duración de un trasplante renal puede variar, pero en promedio, un trasplante renal puede durar varios años o incluso décadas con cuidados adecuados.

Después de un trasplante renal, es importante mantener un estilo de vida saludable que incluya una dieta balanceada, ejercicio regular y seguir las indicaciones médicas respecto a la medicación.

Si los riñones fallan completamente, puede ser necesaria la diálisis/hemodialisis para eliminar los desechos y el exceso de líquidos del cuerpo, o un trasplante renal para reemplazar la función renal perdida.

Es importante consultar con su nefrólogo antes de tomar cualquier suplemento o hierba, ya que algunos pueden ser perjudiciales para la salud renal.

Mantén una presión arterial y un azúcar en sangre bajo control, mantente hidratado, evita el consumo excesivo de alcohol y tabaco, y sigue una dieta equilibrada baja en sodio y proteínas.

La detección temprana de problemas renales puede ayudar a prevenir el daño irreversible y a gestionar mejor las enfermedades subyacentes para mantener la salud renal a largo plazo.